En México, más de 16 millones de hombres tienen más de 45 años, edad en la que el riesgo de cáncer de próstata comienza a incrementarse. José es uno de ellos y su historia refleja cómo una decisión crucial puede cambiar el desenlace de esta enfermedad.
El primer aviso fue un dolor persistente en la espalda baja, que inicialmente atribuyó a su trabajo de oficina. Sin embargo, cuando notó que su flujo urinario se había debilitado y aparecía sangre, decidió acudir al médico.
“Uno piensa que está lejos de que te toque, hasta que te toca”, comenta José desde su experiencia.
En consulta, aprendió que, aunque la próstata crece naturalmente con la edad, los síntomas que presentaba podían indicar algo más grave. Un análisis de Antígeno Prostático Específico (APE) resultó elevado para su edad, y estudios posteriores confirmaron la presencia de un tumor maligno.
“El mundo se te viene encima, pero también es el momento de aferrarte a la esperanza”, asegura. José recibió terapias orales y radioterapia, logrando actualmente estar en remisión, bajo tratamiento hormonal para mantener su salud.
Su experiencia lo motivó a participar en una asociación de pacientes, donde comparte su testimonio y recomienda a otros hombres estar atentos a señales como flujo urinario débil, dolor al orinar o eyacular, presencia de sangre en orina o semen, necesidad constante de orinar, dolor en la espalda baja o disfunción eréctil. Además, promueve hábitos saludables como ejercicio regular, dieta balanceada y evitar factores de riesgo como sedentarismo, obesidad, tabaquismo, alcohol y exceso de carnes rojas o embutidos.
Este llamado coincide con la campaña #MovemberConBdeBayer, impulsada por Bayer durante noviembre, mes en el que se conmemora el Día Nacional de la Lucha contra el Cáncer de Próstata en México, cada 29 de noviembre. La iniciativa busca sensibilizar sobre la salud masculina y la importancia de la detección temprana. Bayer ha sido pionero en el desarrollo de tratamientos innovadores que transforman el panorama de esta enfermedad, haciendo que el cáncer de próstata sea potencialmente curable para más pacientes.
La lección de José es clara: los hombres mayores de 45 años deben visitar al urólogo anualmente. La detección temprana puede salvar vidas. Los especialistas recomiendan análisis de sangre para medir el APE y, en casos con antecedentes familiares o pacientes afrodescendientes, exámenes adicionales como el digital rectal, ultrasonido pélvico y estudios complementarios.
El mensaje final es contundente: el miedo puede paralizar, pero la acción da el control. Revisar la próstata una vez al año y seguir las indicaciones médicas es la mejor manera de prevenir consecuencias graves.
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