La industria de la construcción continúa consolidándose como uno de los sectores más dinámicos y rentables para los emprendedores en México. Su peso económico, la expansión de empresas dedicadas al ramo y su capacidad para activar decenas de industrias la convierten en un motor clave para el crecimiento nacional.
De acuerdo con cifras del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), en 2024 la construcción generó 6 de cada 100 pesos producidos en el país, lo que refleja su relevancia estructural en la economía mexicana. Este comportamiento se ha mantenido en ascenso, impulsado por la inversión pública y privada, así como por la creciente demanda de vivienda, infraestructura y servicios de mantenimiento urbano.
El dinamismo del sector también se observa en la creación de empresas. Entre 2019 y 2024 se sumaron 2,475 compañías constructoras adicionales, lo que equivale prácticamente a la apertura de una empresa nueva cada día durante cinco años. Esta tendencia evidencia que el sector continúa atrayendo a nuevos emprendedores, quienes encuentran en la construcción un mercado amplio, diversificado y con oportunidades de especialización.
Para los emprendedores, este escenario abre un abanico de posibilidades. La construcción no solo abarca grandes obras o desarrollos inmobiliarios; también incluye nichos con alto potencial como remodelaciones, servicios técnicos, renta de maquinaria, construcción sustentable, instalación de sistemas energéticos, consultorías, acabados, mantenimiento e innovación tecnológica aplicada al sector, aseguró Ronaldo Rizzi, Coordinador de Expansión Internacional Casa do Constructor.
Y es que en 2024 la construcción se posicionó como una de las seis actividades que más contribuyeron a la economía mexicana, con un aporte total de 2.3 billones de pesos. Esta cifra la coloca entre los pilares económicos del país y refuerza su papel como una industria indispensable para el crecimiento y el desarrollo del país.
Otro factor que explica su rentabilidad es su impacto transversal en la economía. De las 78 actividades económicas que conforman la cadena productiva nacional, la construcción impulsó 74 de ellas, lo que significa que prácticamente todas las industrias dependen, directa o indirectamente, de este sector para producir, distribuir o reciclar bienes y servicios. Su extensa cadena de valor abarca desde la fabricación de materiales y herramientas, hasta servicios especializados, transporte, ingeniería, tecnología, diseño y más.
Para Ronaldo Rizzi, Coordinador de Expansión Internacional Casa do Constructor, la demanda constante, una aportación económica creciente y una cadena productiva que toca casi todas las actividades del país, la construcción se confirma como un negocio rentable y estratégico para quienes buscan emprender y consolidar proyectos de largo plazo.
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