Los territorios separatistas prorrusos de la región del Donbás, en el este de Ucrania, así como la región de Jersón (sur) organizarán referendos del 23 al 27 de septiembre para unirse a Rusia, indicaron este martes sus autoridades y agencias de prensa.
El presidente ruso Vladimir Putin ya reconoció la independencia de las regiones de Donetsk y Lugansk, poco antes de lanzar su ofensiva en Ucrania el 24 de febrero. Su integración en Rusia supondría una escalada en el conflicto en curso.
La región de Jersón, a su vez, fue ocupada por las tropas rusas poco después del inicio de la invasión de Moscú, el 24 de febrero.
Ucrania respondió de inmediato y prometió este martes “liquidar” la “amenaza” rusa, poco después del anuncio de la celebración de referendos esta semana para unirse a Rusia.
“Ucrania va a solucionar la cuestión rusa. La amenaza sólo puede liquidarse por la fuerza”, escribió en Telegram el jefe de la administración presidencial ucraniana, Andrii Yermak, quien denunció un “chantaje” por parte de Moscú motivado por “el miedo a la derrota”.
Los separatistas prorrusos ya se hicieron con el control de Donetsk y Lugansk en 2014, con el apoyo de Moscú. Rusia anexionó ese mismo año la península ucraniana de Crimea, operación que fue confirmada por un referendum precedido por una intervención militar, y que es denunciado como ilegal por Kiev y por los occidentales.
Además de las regiones de Donetsk y Lugansk, las autoridades pro-Moscú de varias zonas ocupadas por los rusos desde el lanzamiento de la ofensiva contra Ucrania han anunciado también su intención de organizar referendos de anexión.