PULSO
Eduardo Meraz
Infectados por el “modito” gandalla del oficialismo, el PAN y el PRI han hecho suyo el adagio: “el que parte y comparte, se queda con la mayor parte” y, en los hechos, hacen a un lado al PRD y a las agrupaciones civiles integrantes de la alianza “Va por México” y ser ellos quienes definan al candidato presidencial a enfrentar a la corcholata ganadora de Morena.
Decisión que hoy hicieron oficial, a través de un comunicado conjunto Revolucionario Institucional-Acción Nacional, en la cual el tricolor será “responsable de conducir los procesos de selección de candidatos” a las gubernaturas de Coahuila y el estado de México, y el blanquiazul en el caso de la candidatura a la primera magistratura del país y a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
Eso sí, para que no haya dudas de qué lado masca la iguana, ambos partidos precisan que dichas designaciones se harán “bajo sus reglas democráticas estatutarias”, aunque en los casos de la selección de los abanderados presidencial y para la CDMX, el PAN está comprometido a tomar “siempre en cuenta” la opinión de diversos grupos de la sociedad civil”.
De manera complementaria, una vez designados los candidatos para cada caso, tricolores y albiazules van a siglar -a poner sus siglas como partido político. En los casos de las gubernaturas en disputa en 2023, será el PRI, mientras el PAN hará lo propio para la capital del país y la Presidencia de la República.
Para que no se diga que son excluyente o no son buenos samaritanos, ambos partidos ofrecen: “En todos los procesos podrá participar cualquier ciudadano con o sin militancia partidista, considerando siempre perfiles competitivos, capaces de crecer, ganar las elecciones, defender la agenda parlamentaria pactada y constituir buenos gobiernos de coalición en el 2023 y 2024”.
Con esta determinación, las dirigencias priista y panista, pretenden engañar al resto de los participantes en la alianza opositora, pues siglar en forma alguna es sinónimo de crear identidad y compromiso. Más bien es un acuerdo sin singladura -es decir, sin rumbo-, que seguramente el oficialismo aplaudirá, pues le allana el camino para mantener y, tal vez, acrecentar su poder.
Ya el Partido de la Revolución Democrática, en voz de Jesús Zambrano, externó su desacuerdo con una medida de esta naturaleza y los conminó a reflexionar sobre la forma de postular a los candidatos. Lo mismo han manifestado algunos voceros de las organizaciones civiles que forman parte de “Va por México”.
La actitud gandalla asumida por PAN y PRI, no es nueva, baste recordar la forma en como sus actuales dirigencias asumieron el control; asimismo, el manejo realizado hasta la fecha en ambos partidos ha significado dolorosos descalabros y pocas victorias.
Y con la desfachatez característica, realizaron un llamado a otras fuerzas políticas de oposición y a las diversas organizaciones de la sociedad civil a sumar esfuerzos en “su” proyecto de cambio, echando por la borda la exigencia ciudadana de arribar a una oposición unificada.
Con actitudes como la señalada, demuestran avanzar sin singladura y con ello que, a futuro, nadie desee ser siglado por ellos.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
La Comisión Reguladora de Energía (CRE)aprobó una resolución por la que Pemex Logística podrá trasladar a los usuarios los costos que le generen las pérdidas no operativas, como lo son el ‘picoteo’ o el ‘huachicoleo’ de ductos de petrolíferos.
Antes, se debería aclarar ¿a dónde han ido a parar los miles de litros de gasolina recuperados? ¿Si se vendieron, están en la contabilidad de Pemex o pasar a ser “aportaciones al movimiento”
@Edumermo