Chapo” Guzmán, de alimentar a sus tigres con las víctimas de sus operaciones de tráfico de drogas.
Según se alega, el cártel de Sinaloa depende de cientos de sicarios fuertemente armados para proteger sus operaciones de tráfico de fentanilo y para intimidar a aquellos que podrían interferir o competir contra ellos.
En una declaración realizada este fin de semana, el Departamento de Justicia del gobierno estadounidense acusó que:
“Dieron de comer algunas de sus víctimas, vivas o muertas, a los tigres de Los Chapitos, dos acusados probaron el fentanilo en individuos que estaban atados, los sicarios torturaron, a veces durante horas, y mataron a miembros de las fuerzas de seguridad mexicanas, intimidaron a civiles”.
Los sicarios, bajo la dirección de los Chapitos y otros líderes del cártel, supuestamente secuestraban, torturaban y mataban a cualquiera que se opusiera a los intereses del cártel. Además, se afirma que el cártel depende de intermediarios chinos para adquirir los precursores químicos necesarios para fabricar el fentanilo, y emplea a químicos expertos en la síntesis del opiode.
En un caso particularmente espantoso, se alega que los miembros del cártel experimentaron con una mujer, inyectándole dosis repetidas de fentanilo hasta que murió.