El miércoles 22 de junio nos despertamos escuchando la inconfundible voz de la diputada Olga Lucía Romero Garci-Crespo, aunque los viejos conocidos la llaman Mónica Calderón Garci-Crepo, quien por fin dio la cara ante los medios de comunicación estatales, para dar su versión del largo juicio por la herencia de la empresaria avícola Socorro Romero Sánchez.
La diputada insiste que pelear por una herencia en ajena es simplemente por hacer justicia. Fue en la cabina del programa “Buenos días” de Cinco Radio en la capital poblana. Parece que a la diputada le molestó que Miguel Ángel Celis Romero, hijo de la heredera Estela Romero Bringas, saliera la semana pasada a declarar que era una prima lejana, que nunca convivió con la familia y que es injusto que ahora busque apoderarse de la herencia. Porque coincidentemente, una semana después de estas declaraciones, la Garci-Cespo dio la cara para sostener su versión oficial de los hechos, Venus, expuesta y refutada con pruebas.
Salió a la carga el Ángel justiciero de la Señorita Socorrito. Así se vendió la diputada. A la empresaria la puso como incapaz, indefensa y burlada por su familia, y ella misma se asumió la defensora de la debilitada imagen de su tía. Una sobrina que nadie conoció y con la que no convivieron. Analizando el discurso de la diputada, es evidente que al referirse a la empresaria usa las palabras mi tía Socorro, pero al hablar de sus primos, solo dice: la familia Celis Romero o estas personas… Alguien puede estar molesto con un hermano, con un primo, llevar años sin hablarse, pero siempre te refieres a ellos con el parentesco, sabes que nunca dejan de ser tu familia aunque difieran. Pero al referirse así a sus primos, evidencia que ¡NUNCA HA CONVIVIDO CON ELLOS! Y que fue muy cuidadosa de llamarle tía a la empresaria, solo para conservar la apariencia de cercanía…
Porque la política se llena la boca diciendo que es la defensora de SU TÍA SOCORRO, pero omitió decir que para supuestamente, hacer justicia, tiene que pasar por en encima de la ley y hacer justicia por propia mano. Olvidó decir que comprando jueces, desapareciendo expedientes, presentando pruebas falsas e intimidando gente, es fácil “hacer justicia “. Acusa a los Celis de comprar autoridades y ella misma hace lo propio. La diputada afirma que quiere justicia, pero el discurso es el mismo que ha sostenido a lo largo del juicio y que ya se demostró que está lleno de vacíos incongruencias e ilícitos. La justicia es ciega, por eso es fácil jugar con ella.
Socorrito murió enferma y débil por el cáncer que padeció en sus últimos años, pero de ahí a inconsciente, dopada o fuera de sus cabales, hay una gran diferencia y mucha gente cercana a ella que ya ha desmentido ese débil argumento. Así es la justicia para la Garci-Crespo, manejable y débil, como quiere Ibai hacer ver a Socorrito.