Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director general de Gobierno de Calidad, consultoría de políticas públicas.
Los empleados de hoy buscan cada vez más que el crecimiento sea una parte natural de su experiencia laboral, en lugar de una obligación añadida. Sin embargo, en muchas organizaciones, el aprendizaje y el desarrollo pueden seguir pareciendo algo ajeno a las responsabilidades diarias—actividades que requieren alejarse del «trabajo real».
Para los líderes, esto supone tanto un reto como una oportunidad: explorar formas creativas de entrelazar el desarrollo en el tejido de las experiencias cotidianas—en rutinas diarias, flujos de trabajo de proyectos y momentos de aprendizaje que ya existen dentro de los equipos. Un enfoque prometedor consiste en identificar las herramientas, procesos y plataformas que los empleados utilizan con mayor frecuencia y adaptarlos para promover el aprendizaje en movimiento.
Pero ajustar herramientas y flujos de trabajo puede que solo sirva hasta cierto punto. Apoyar el desarrollo de forma más holística puede requerir que los líderes rediseñen el trabajo de manera que alivie la carga administrativa y libere espacio mental para una mayor implicación y aprendizaje. También pueden ayudar a fomentar la curiosidad y el crecimiento asignando a los empleados a proyectos que ofrezcan oportunidades de aprendizaje relevantes y en tiempo real. Cuando estos elementos se combinan eficazmente, las organizaciones suelen experimentar mejoras en resiliencia, innovación y rendimiento a largo plazo, impulsadas por empleados que reconocen y responden a un compromiso claro con su desarrollo.
Cómo empezar:
- Registra una victoria temprana para usarla como faro
Encuentra un proceso que necesite arreglarse y trabaja con el propietario del negocio para integrar los aprendizajes del desarrollo en el rediseño.
Desarrollar programas de aprendizaje rotativo para el aprendizaje en el puesto de trabajo, reforzados por planes de desarrollo personalizados y basados en datos.
Anima a los empleados a participar en proyectos multifuncionales y buscar mentoría de líderes que puedan ampliar sus conocimientos sobre diferentes funciones.
- Reimaginar la adopción responsable de la IA
La IA está transformando la forma en que las personas trabajan y aprenden; de hecho, los empleados tienen tres veces más probabilidades de usar IA general de lo que sus líderes esperan. La transformación de la IA está ocurriendo en tiempo real. Durante nuestra investigación del informe, el despliegue de la IA en el aprendizaje y desarrollo parece ser desigual. Cierto grado de duda es comprensible, dado el rápido cambio en la inversión tecnológica, los ciclos de expectativa y las prioridades de adopción que se han desarrollado en los últimos 4-5 años.
Entonces, ¿cómo afrontan los líderes el ritmo del cambio sin fallar? Para empezar, la experimentación ágil ofrece una alternativa más adaptativa a la planificación rígida. Permite que los equipos de aprendizaje y desarrollo avancen más rápido, minimizen riesgos y tomen mejores decisiones, basándose en la acumulación de pruebas e intuición informada.
En cuanto a dónde enfocar, la IA plantea dos preguntas fundamentales para los líderes de aprendizaje y desarrollo: (1) ¿Cómo puede la IA ayudarnos a crear mejores experiencias de aprendizaje más rápido? (2) ¿Qué necesitan aprender nuestros empleados para desarrollar la fluidez y competencia en IA que nuestra organización necesitará de ahora en adelante? Aunque la experiencia técnica en la construcción y el trabajo con grandes modelos de lenguaje es esencial, en última instancia son las cualidades claramente humanas —como el juicio, la empatía y la capacidad de construir relaciones— las que deben y deben seguir siendo los principales motores de cómo se desarrolla y aplica la IA.
Cómo empezar:
Aclarar las habilidades en evolución necesarias en un mundo habilitado por IA, especialmente las centradas en el ser humano como la inteligencia emocional y la creatividad. Crea un espacio para la exploración individual que fomente la creatividad, estimule la innovación y desarrolle la fluidez técnica mediante el aprendizaje práctico y práctico.
- Reimaginar la resiliencia y la adaptabilidad
Burnout. Fatiga. Retirada. El coste humano del cambio constante es real —y en aumento. La resiliencia es un músculo que toda organización y cada empleado necesitará de cara al futuro. Así que las organizaciones tendrán que ser deliberadas en cómo lo construyen.
Eso implica integrar el aprendizaje para la gestión energética, aplicar las mejores prácticas para incorporar la recuperación en el ciclo de vida del empleado y apoyar el aprendizaje intergeneracional—donde empleados en diferentes etapas de su carrera comparten experiencia, perspectivas y apoyo para afrontar mejor juntos el cambio continuo.
También implica diseñar sistemas de trabajo que permitan la adaptabilidad, para que las personas estén mejor preparadas para afrontar el cambio constante con confianza y resiliencia. Por ejemplo, el proyecto de ritmo planifica para permitir la recuperación, crear flexibilidad para satisfacer necesidades diversas y usar IA para reducir la carga administrativa y así centrarse en trabajos de mayor valor.
Cómo empezar:
Identificar y reconocer a las personas que demuestran comportamientos resilientes, ayudando a dar un ejemplo positivo para los demás. Considera integrar contenido en el currículo de aprendizaje que explore los fundamentos de la resiliencia—como gestionar el estrés, adaptarse a la incertidumbre y mantener la motivación—y apoya a cada cohorte en la implicación de este tema como parte de su camino de desarrollo más amplio.
Los equipos de aprendizaje y desarrollo son cada vez más fundamentales para ayudar a las organizaciones a navegar un ritmo de cambio que sigue acelerándose. En McKinsey, estamos aprovechando este momento para evolucionar tanto a nosotros mismos como a nuestro enfoque.
Reimaginado: Desarrollo en el futuro del trabajo refleja no solo nuestra perspectiva, sino también el manual que estamos empezando a aplicar en nuestros propios equipos. Invitamos a otros líderes a ayudar a moldear lo que viene después: un enfoque más humano, integrado y preparado para el futuro en el aprendizaje.
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