Este miércoles, el presidente de Argentina, Javier Milei, criticó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) durante su intervención ante la Asamblea General, acusándola de haberse convertido en un «gobierno supranacional de burócratas internacionales».
«El exitoso modelo de Naciones Unidas que hablaba de la necesidad de paz sin victoria y que se fundaba en la cooperación de los estados-nación se vio reemplazado por un modelo de gobierno supranacional de burócratas internacionales», afirmó.
El mandatario señaló además que la ONU busca «imponer a los ciudadanos del mundo un modo de vivir determinado», y agregó: «Así es como pasamos de una organización que pretendía mediar la paz entre pares a una organización que pretende decidir no solo qué debe hacer cada estado o nación, sino también cada uno de los individuos en las distintas latitudes del planeta».
Si bien reconoció que «existen problemas globales que requieren del diálogo y la cooperación internacional para ser resueltos», enfatizó que hay «extralimitaciones que a menudo acompañan a las agendas nobles».
Milei también acusó a la ONU de haber asumido con el tiempo «funciones ajenas a su espíritu fundacional» y de haber creado «capas sobre capas de organismos, agencias y programas hasta alcanzar una hipertrofia de administraciones que son poco efectivas a la hora de resolver los problemas para los cuales fueron creadas».
«Así se engrosan las responsabilidades de la ONU, se engrosan los aportes recibidos por parte de las Naciones miembro y se redujeron los resultados palpables que esta organización tenía para ofrecerle al mundo», agregó.
El presidente criticó además que «a diferencia de los primeros mandatarios nacionales, en las organizaciones internacionales nadie rinde verdaderamente cuentas por fallar en la resolución de un problema».
«Esta contradicción entre grandes objetivos y resultados magros ha generado una erosión del prestigio de esta casa», opinó.
Milei instó a «volver a las bases» fundacionales del organismo y sostuvo: «Creo que hablo por todos al decir que nos gustaría que la ONU lidere este cambio de paradigma, regresando a las bases que la han convertido en la gran organización que supo ser en el pasado».
Al concluir su discurso, el mandatario propuso cuatro principios para avanzar en el cambio que considera necesario.
Pidió que la ONU se concentre principalmente en la preservación de la paz y la seguridad internacional, solicitó que la intervención del organismo se reserve para asuntos que superen la capacidad de los estados, y planteó auditorías internas para cerrar «programas ineficaces» y enfocar el financiamiento en resultados.
Además, exhortó a que las normas de Naciones Unidas sean «simplificadas» para no obstaculizar el crecimiento económico de los países.