PULSO
Eduardo Meraz
A una semana de haber iniciadas las ante campañas corcholateras, nada las distingue de la letanía cotidiana del teatro en atril mañanero de Palacio Nacional, como tampoco en los usos y costumbres al organizar los eventos de “espontáneo” respaldo.
Por lo mostrado en este lapso, la morralla de cinco millones de pesos que otorgó el partido guinda a cada uno de sus aspirantes a la coordinación “defensiva” del cuatroteísmo, es equiparable a las cualidades mágicas de los 200 pesos en la cartera del mandatario palaciego.
Los servicios de traslado “Morena, Anexas y Conexos”, apoyos pecuniarios y lunches a los asistentes, como ha quedado documentado en los medios, son muestra de la multiplicación milagrosa de la pobreza franciscana.
Apenas van siete días de no proselitismo guinda y ya se empieza a notar el hartazgo de ver y escuchar a las malas copias presidenciales, ante la restricción auto impuesta de no salirse del sketch y no debatir, para no quitarle rating al ejecutivo, al menos hasta el 1 de julio próximo.
A lo que más se atreven las corcholatas es a hacer paráfrasis de las epístolas mañaneras. De los problemas e insuficiencias que aquejan a la población, ni se acuerdan y mucho menos se atreven a plantear alternativas, no los vayan a sancionar las autoridades electorales.
Eso no obsta para que conste cómo sus equipos, huestes y simpatizantes difunden esbozos y pasajes del pasado poco glorioso de cada uno de ellos: Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal. Práctica socorrida entre la clase política y perfeccionada en la actual administración.
El carácter soso mostrado hasta ahora por las corcholatas, promete volverse más anodino y absolutamente prescindible y difícilmente elevará la competitividad entre ellos o generará algún cambio significativo en las tendencias mostradas por las encuestas realizadas hasta el momento.
La reiteración en la temática de los mensajes, sumada a la repetición, ad nauseam, de los eventos corcholateros garantizan aburrimiento y hartazgo que, sin duda, se reflejará en el número de participantes de la encuesta morenista.
Salvo un cambio significativo en el guión dictado en Palacio Nacional, las ante campañas se volverán rutinarias, sin chiste y nada bajo el brazo para garantizar la falsa unidad anhelada.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Las declinaciones de Germán Martínez y del gobernador yucateco Mauricio Vila como aspirantes a la candidatura presidencial de la alianza opositora, es reconocer sus escasas posibilidades de alcanzar dicha nominación.
@Edumermo